Libro de culto de la literatura
erótica contemporánea, La atadura se ha convertido en un
punto de referencia en el mundo sadomasoquista no sólo por la fuerza de sus
páginas, sino también por la trágica desaparición de su jovencísima autora,
quien se inspiró en sus propias experiencias para escribir la novela. No en
vano el célebre editor y estudioso francés Jean-Jacques
Pauvert ha escrito que La atadura «revela un profundo
cambio de mentalidad» en el modo de abordar el tema.
Vanessa,
estudiante de letras, siente una atracción irresistible hacia Pierre, un hombre maduro que la
introduce en el mundo de la dominación. Con una sinceridad rayana en el candor,
«Laïka», nombre que adopta después
de su iniciación, conduce primero al lector por las sombras de su infancia,
marcada por humillantes castigos, antes de introducirle en las primeras
prácticas sadomasoquistas. Así, al hilo de las sucesivas pruebas a las que Laïka se somete, el lector alcanza a
comprender la plenitud de su goce ya de adulta. De este modo, Vanesa Duriès nos adentra, con
extraordinaria lucidez y serenidad, en el vínculo —imprescindible para
participar en ese peligroso juego— que ata a la sumisa a su Amo, un
vínculo basado en la confianza y en el absoluto respeto a los límites
establecidos de común acuerdo. Con la misma claridad, describe las paradojas de
la dominación erótica: por un lado, el sometimiento es la prueba del amor de la
sumisa hacia su Amo; por otro, esa absoluta entrega no hace sino subyugar al
Amo, quien se convierte a su vez en un fascinado esclavo de su víctima.
Mi Amo es un hombre experimentado. Por el contrario, yo soy una joven esclava de veinte años, iniciada hace tan sólo unos meses. A decir verdad, a veces la experiencia de que hace gala mi Amo me desalienta. Es como si yo, inconscientemente, le reprochara que hubiera evolucionado sin mí durante más de trece años en la práctica de este arte tan cerebral.
Yo soy masoquista, y mi Amo es, a su vez, un sádico puro cuyos conocimientos en el ámbito de lo que con excesiva frecuencia se denomina hoy el «SM» o «sadomaso» me tienen por completo subyugada.
Mi Amo puede conseguir de mí cuanto se le antoje. Puede forzarme y hacer realidad todo lo que desea, incluso aquello que no se atreve siquiera a confesar. A mí me ampara y sostiene la confianza que tengo en él, y esa ciega confianza me impulsa a dejar que me cubran los ojos con una venda o una máscara de cuero para someterme a ciegas a ciertas pruebas en lugares y con personas que sólo él conoce.
La confianza que une al amo y a su esclava es fundamental; es una confianza que condiciona y autoriza todos los excesos, y con ellos todas las dichas.Porque lo amo y sé que él me ama, tengo la certeza de que este amor no nos extraviará por peligrosos caminos sin retorno. Esta experiencia es la que he querido relatar en este libro y para ello cuento, por supuesto, con la aprobación y el aliento de mi Amo. Él ve en esta confesión una nueva prueba que debo superar para hacerme digna del título y del rango que ocupo junto a él.
***** *****
Fragmento:Mi Amo es un hombre experimentado. Por el contrario, yo soy una joven esclava de veinte años, iniciada hace tan sólo unos meses. A decir verdad, a veces la experiencia de que hace gala mi Amo me desalienta. Es como si yo, inconscientemente, le reprochara que hubiera evolucionado sin mí durante más de trece años en la práctica de este arte tan cerebral.
Yo soy masoquista, y mi Amo es, a su vez, un sádico puro cuyos conocimientos en el ámbito de lo que con excesiva frecuencia se denomina hoy el «SM» o «sadomaso» me tienen por completo subyugada.
Mi Amo puede conseguir de mí cuanto se le antoje. Puede forzarme y hacer realidad todo lo que desea, incluso aquello que no se atreve siquiera a confesar. A mí me ampara y sostiene la confianza que tengo en él, y esa ciega confianza me impulsa a dejar que me cubran los ojos con una venda o una máscara de cuero para someterme a ciegas a ciertas pruebas en lugares y con personas que sólo él conoce.
La confianza que une al amo y a su esclava es fundamental; es una confianza que condiciona y autoriza todos los excesos, y con ellos todas las dichas.Porque lo amo y sé que él me ama, tengo la certeza de que este amor no nos extraviará por peligrosos caminos sin retorno. Esta experiencia es la que he querido relatar en este libro y para ello cuento, por supuesto, con la aprobación y el aliento de mi Amo. Él ve en esta confesión una nueva prueba que debo superar para hacerme digna del título y del rango que ocupo junto a él.
GENERO ERÓTICO